Insertarse en el mercado laboral es un gran desafío, no sólo porque es un nuevo objetivo por enfrentar sino porque además se pone a prueba todo lo aprendido durante años de estudio.
Casi catorce años de estudio en el colegio. Otros cinco, promedio, en una institución de educación superior. Y, quizás, unos cuantos más realizando un posgrado (diplomados y talleres, maestría en educación por ejemplo, especialización, etc.). Todo esto entrega distintas pautas y aportes para el desarrollo profesional de la persona.
Sin embargo, terminados los estudios ¿cuentan los jóvenes con la capacidad de encontrar un empleo para estudiantes universitarios recién graduados?
Las universidades e institutos profesionales tienen una deuda pendiente con quienes, año a año, llenan sus aulas para estudiar aquello que esperan ejercer durante toda la vida. Porque no sólo deberán capacitarlos como profesionales sino también deberán entregarles todas las herramientas para enfrentar el mercado laboral de manera integral y así evitar que sus sueños e ilusiones se desvanezcan porque no encuentran un trabajo para jóvenes inexpertos o las condiciones no son lo que esperaban.
Por eso el rol de las instituciones encargadas de la educación es determinante. No sólo porque enseñan materias o dictan cátedras, sino también porque forman el capital humano de las organizaciones del mañana.
De ahí la importancia de que todos los actores involucrados en esta tarea realicen un profundo análisis, en el que se consideren los intereses de las casas de estudio, las proyecciones y expectativas laborales que en el futuro ofrecerá el mercado.
El desafío para quienes ya se titularon o escogieron una carrera y las condiciones del mercado son adversas para lograr sus metas y objetivos trazados es desarrollar aquellas competencias blandas que permitirán marcar la diferencia por sobre los pares y ganar terreno a la hora de postularse a un proceso de selección para una oferta de trabajo para profesionales.
Es importante que quienes recién se titularon, demuestren, además de una sólida formación general, una gran capacidad de aprender, de aplicar conocimientos, de adaptarse a nuevas situaciones y equipos, exhibir habilidades interpersonales y ser creativos y autocríticos.
Estar comprometido socialmente y dispuesto a donar tiempo para ayudar a quienes más lo necesitan también son características que describen ciertos rasgos de personalidad que pueden ser de gran aporte para ocupar un cargo. Hay que tener en cuenta que cuando la demanda es alta, las empresas eligen el candidato más completo y que tenga todas las competencias necesarias para ser un real aporte a la organización.
Por otro lado deben dedicar su tiempo a la búsqueda de empleo casi como si fuera el trabajo mismo, ya que si la situación no es fácil debe comprometerse con esta búsqueda. Existen lugares en donde puede buscar ya sea en anuncios clasificados en periódicos, en anuncios online pr, suscribirse a una bolsa de trabajo para profesionales, con amigos o conocidos, entre otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario